Hacia una historia del vitral en América Latina
El siglo XIX es un periodo especialmente importante para el vitral, que experimenta un auténtico renacimiento. Aunque esta producción no es especialmente reconocida por su calidad —algunas obras son calificadas de pastiches—, se trata de un periodo de gran expansión, que desarrolla un mercado para estas obras y que pronto se abre a las rutas del comercio internacional. Es la época en la que el gran escaparate del mundo se encontraba en las exposiciones universales e internacionales, pero también en las exposiciones de arte sacro, en el caso de los vitrales religiosos1Allen, Jasmine. 2018. Windows for the World: Nineteenth-Century Stained Glass and the International Exhibitions, 1851-1900. Manchester: Manchester University Press..
Las jóvenes naciones latinoamericanas buscaban consolidar sus democracias en un momento de apertura en el que se firmaban nuevos acuerdos comerciales, que no habían sido autorizados durante el periodo de dominación española. Este aire de progreso y modernización se materializa, por ejemplo, en la transformación de las ciudades, siguiendo el modelo del barón Haussmann2Gutiérrez, Ramón. 1983. Arquitectura y urbanismo en Iberoamérica, Madrid, Ediciones Cátedra.. La renovación urbana de las capitales de muchos países de la región recurrió a profesionales europeos que introdujeron una nueva arquitectura de inspiración historicista —religiosa y civil— dotada por primera vez de vitrales.
En el momento en que surgían las repúblicas americanas, se produjeron dos fenómenos estrechamente relacionados con la llegada de la vitral religioso: la instalación de nuevas órdenes religiosas y la romanización de la Iglesia católica3Roux, Rodolfo. 2014. «La romanización de la Iglesia católica en América Latina: una estrategia de larga duración», Pro-Posições, vol. 25, n.º 1, 2014, p. 31-54.: https://doi.org/10.1590/S0103-73072014000100003, que otorgó un papel central a la Santa Sede. Cabe señalar que las antiguas colonias españolas y Brasil se reconocían como católicas tras los procesos de independencia y que esta Iglesia formaba parte del poder político. La separación entre la Iglesia y el Estado no se produjo hasta el segundo cuarto del siglo XX.
A lo largo del siglo XX, la evolución del estilo de la arquitectura religiosa se nutrió de las reflexiones de Romano Guardini y Rudolf Schwartz en Alemania o de Marie Alain Couturier y Raymond Régamey en Francia. Esta corriente de renovación también tomó forma en América Latina, especialmente en torno al Concilio Vaticano II4Pérez Oyarzún, Fernando- 2015. « La renovación de la arquitectura eclesiástica en el siglo XX–XXI latinoamericano », Actas Congreso Internacional de Arquitectura Religiosa Contemporánea, n.º 4, p. 2–23. https://doi.org/10.17979/aarc.2015.4.0.5116.